«Porque yo sé que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses.» – Salmo 135:6.
Porque yo sé que Jehová es grande, y nuestro Señor es mayor que todos los dioses. Qué maravilloso es cuando reconocemos y exaltamos el nombre de nuestro Dios. Es importante expresar en todos los puntos cardinales de la tierra y del universo la grandeza de nuestro Dios y la vanidad de los ídolos. ¡Aleluya! Este Salmo 135, aunque anónimo, es una de las mayores expresiones de exaltación de la grandeza del Dios de Israel. En él se habla y se expresa la magnitud de su poder. Cómo pudo liberar de la esclavitud y dominio de los egipcios a una nación, Israel, que fue escogida para ser luz de las naciones; y darle toda la honra y la gloria al Soberano, Rey de reyes y Señor de señores, reconociendo que sin Él nada podemos hacer. Cuando nos permite actuar para ejecutar su Palabra, es para hacer su voluntad, no la nuestra. Al igual que en el pasado, a través de prodigios y señales, nuestro Dios Eterno mostró al resto de las naciones su grandeza para salvar a Israel. Porque este es el propósito: mostrar su poder y señorío para la grandeza de su nombre y gloria. Además, muchas naciones pudieron experimentar en el pasado muchas bendiciones de bien, otorgadas por el Dios Eterno, pero lamentablemente desecharon al verdadero Dios y, hoy, muchas de ellas están atemorizadas y otras sucumbiendo ante el temor. Cuando olvidamos al dador de la vida, segura es la derrota porque nuestro Dios es bueno y también fuego consumidor cuando creemos que podemos hacer todo sin Él. Cuando nuestro Dios ha permitido victorias, nos creemos invencibles. Al contrario, el Dios de Israel levanta a otras naciones para nuestra vergüenza y derrota. Finalmente, Casa de Israel, bendecid a Jehová; Casa de Aarón, bendecid a Jehová; Casa de Leví, bendecid a Jehová; los que teméis a Jehová, bendecid a Jehová. Desde Sión sea bendecido Jehová, quien mora en Jerusalén. ¡Aleluya!