La Armadura de Dios para el Creyente en la Verdad

«Con  sus plumas te cubrirá,

Y debajo de sus alas estarás seguro;

Escudo y adarga es su verdad.» –

Salmo 91.4

 

«Y tomad el yermo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.» – Efesios 6:17

Alt+ El Escudo de Protección y Seguridad, y la Espada del Espíritu

La Palabra de Dios es una fortaleza en nuestras vidas, un escudo de protección y seguridad, una espada espiritual para resistir y vencer el mal, un escudo de fe para apagar todos los dardos de fuego del maligno, y nuestras armas no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.

Escudo de Protección y Seguridad

“Escudo y adarga es tu verdad” es una metáfora que nos recuerda la protección y seguridad que Dios brinda a aquellos que confían en Él. La “verdad” aquí se refiere a la palabra de Dios, que actúa como un escudo protector. Al igual que un escudo físico protege a un guerrero en la batalla, la verdad de Dios nos protege en nuestras luchas espirituales.

Espada del Espíritu

En Efesios 6:17, la Palabra de Dios también se presenta como una espada, indicando su papel como un arma espiritual. La “espada del Espíritu” es una metáfora de cómo la Palabra de Dios puede ser utilizada para resistir las tentaciones y permanecer firmes en la fe. Esta “espada” es una herramienta poderosa para los cristianos en su lucha contra las fuerzas del mal.

Escudo de la Fe

Efesios 6:16 nos dice: “Sobretodo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”. Esta es una parte crucial de la armadura espiritual que el apóstol Pablo describe en Efesios 6. La “fe” aquí se representa como un escudo, que es uno de los pilares fundamentales de la vida cristiana. Este escudo de fe tiene la capacidad de apagar todos los dardos de fuego del maligno. Estos “dardos de fuego” son una metáfora de las tentaciones y ataques espirituales que enfrentamos en nuestras vidas.

Armas Espirituales

El Apóstol Pablo hizo una alusión a las armas que se usaban en su época. Sin embargo, como creyentes en el Mesías, sabemos que nuestras armas no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Estas armas espirituales son despreciadas por el mundo pero temidas por los poderes demoníacos. No son armas de guerra literales ni las armas retóricas del raciocinio filosófico sofisticado, sino que son la verdad de Dios, la fe en Dios, y la Palabra de Dios.

Conclusión

La Palabra de Dios tiene un papel múltiple en nuestras vidas. Actúa como un escudo, proporcionando protección y seguridad. También es una espada, un arma que puede ser utilizada para resistir y combatir el mal. Es un escudo de fe, que nos protege de los dardos de fuego del maligno. Y finalmente, son nuestras armas espirituales, que no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Estas metáforas resaltan la importancia de la Palabra de Dios en la vida de un creyente. No solo ofrece protección, sino que también da a los creyentes las herramientas que necesitan para resistir las tentaciones y los desafíos que puedan enfrentar. En resumen, la Palabra de Dios es una parte integral de la armadura espiritual de un creyente.

Que este devocional te inspire a profundizar en la Palabra de Dios y a apreciar aún más su poder y su papel en tu vida. Que la Palabra de Dios sea siempre tu escudo, tu espada, tu escudo de fe, y tus armas espirituales. Amén.

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