«Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado» (1 Timoteo 4:4,5).
De acuerdo con estas palabras, se nos invita a apreciar y disfrutar de todos los alimentos creados por Dios Padre. Cada alimento de su creación es bueno y no debe ser desechado, especialmente si se recibe con gratitud. Todo lo que Dios ha creado, incluyendo nuestros alimentos, es bueno, saludable y puro, y está destinado a nuestro beneficio. Esto es particularmente relevante ya que somos el templo y la morada de su Espíritu. Por lo tanto, todo, incluyendo nuestros alimentos, debe mantenerse limpio y puro para glorificar su nombre.
Es de suma importancia resaltar que el Espíritu Santo advierte con claridad que en los últimos días, muchos se alejarán de la fe, prestando oído a espíritus engañosos y a enseñanzas de demonios. Estos falsos maestros prohibirán casarse y de abstenerse de ciertos alimentos. Sin embargo, debemos recordar que todos los alimentos han sido creados por Dios para nuestro beneficio y disfrute. Por lo tanto, se nos llama a estar alertas y discernir la verdad, para continuar disfrutando de todas las bendiciones que Dios ha provisto para nosotros.
Podemos honrar la palabra de nuestro Dios y las generaciones que nos antecedieron al adoptar una dieta equilibrada que nos aleje del consumo de alimentos que provienen de ciertos animales, como los cerdos y los peces sin escamas. Estos animales, que fueron creados para la limpieza de sus respectivos ambientes, pueden ser respetados y valorados por su papel en la naturaleza, en lugar de ser vistos como fuentes de alimento. De esta manera, podemos vivir de acuerdo con nuestras creencias, al tiempo que mantenemos un estilo de vida saludable y respetuoso con el medio ambiente.