El Espíritu de verdad

«Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, el cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros». (Juan 14:16-17).

Alt+Evangelismo - Fe Agrada al Padre.

Comenzamos esta mañana reflexionando sobre el otro Consolador, el Espíritu de verdad, que también conocemos como el Espíritu Santo. Es un momento para agradecer al Padre por cumplir su promesa y enviarnos el Espíritu Santo, que nos guía hacia toda verdad.

El Espíritu Santo no es una fuerza impersonal, sino una presencia viva y activa en nuestras vidas. Nos ayuda a discernir la verdad en medio de la confusión y a encontrar claridad en medio de la incertidumbre. Es un regalo del Padre, una promesa cumplida.

Esta mañana, mientras reflexionaba sobre estas palabras, intenté encontrar una imagen en línea que pudiera representar la esencia de lo que estaba sintiendo. Pero me di cuenta de que es imposible. No hay imagen que pueda capturar completamente la magnitud de lo que el Espíritu Santo representa.

Por lo tanto, en lugar de buscar una imagen perfecta, decidí colocar una fotografía que contenga un mensaje que hable sobre la verdad de la unidad. Así que, mientras avanzamos en este día, llevemos con nosotros estas palabras. Recordemos la promesa del Padre. Recordemos el regalo del Espíritu Santo. Y busquemos siempre la verdad en la unidad. La unidad es una realidad tangible cuando estamos en comunión con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo, como guía y consolador, nos lleva a una comprensión más profunda de la unidad. Nos ayuda a ver más allá de nuestras diferencias y a reconocer la verdad fundamental de que todos somos uno en el Espíritu. Esta unidad, forjada y fortalecida por el Espíritu Santo, es un testimonio poderoso de la verdad y el amor de Dios.

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