«Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará» (Proverbios 24:3).
La familia, como institución fundamental de la sociedad, es vista a través del lente de la fe en la palabra de nuestro Señor. Esta perspectiva nos permite apreciar su importancia en gran escala, más allá de los límites de nuestra vida cotidiana.
La familia es el primer lugar donde aprendemos sobre el amor, la compasión, la tolerancia, y a través de la fe sobre la sabiduría y la prudencia. Es en el seno familiar donde se nos enseña a valorar y respetar a los demás, a entender nuestras responsabilidades y a buscar la verdad. La familia es el refugio seguro en tiempos de tormenta, el faro que nos guía en la oscuridad y el espejo que refleja nuestras virtudes y defectos. Por ejemplo: Imagina que estás en una situación donde tus hijos están discutiendo por un juguete. En lugar de simplemente decidir quién debería tenerlo, podrías usar este momento como una oportunidad para enseñarles sobre el compartir y la empatía. Esto es un ejemplo de cómo la sabiduría puede ser aplicada en la vida diaria para fortalecer y edificar el hogar.
Ahora, te invito a que reflexiones sobre tu propia vida. ¿Puedes pensar en una situación reciente donde podrías haber aplicado la sabiduría para resolver un problema o conflicto en tu hogar? ¿Cómo podrías usar la sabiduría en el futuro para edificar tu hogar?
La fe, nos proporciona una visión más profunda y significativa de la vida. Nos ayuda a entender que somos parte de un plan divino y que cada uno de nosotros tiene un propósito único. La fe nos da la fuerza para enfrentar los desafíos de la vida y nos inspira a buscar la verdad y la justicia.
Cuando vemos la familia a través del lente de la fe, entendemos que cada miembro de la familia es un regalo de Dios, lleno de potencial y dignidad. Reconocemos que cada familia es única y valiosa, independientemente de su tamaño, estructura o circunstancias. Apreciamos la belleza y la santidad de la vida familiar y nos esforzamos por protegerla y fortalecerla.
En conclusión, la familia y la fe están intrínsecamente entrelazadas. La familia es el jardín donde la fe florece y la fe es el lente que nos permite ver la verdadera importancia de la familia. Juntas, la familia y la fe nos guían en nuestro viaje a través de la vida, nos ayudan a crecer como individuos y nos inspiran a construir una sociedad más justa y amorosa.
Oremos juntos: ‘Señor, te pedimos que nos llenes de tu sabiduría. Como te pidió el Rey Salomón, le dieras sabiduría para gobernar a su pueblo; igualmente, te pedimos que nos des sabiduría para guiar y gobernar nuestra familia. Ayúdanos a aplicarla en nuestro hogar para que podamos edificar un lugar de amor, respeto y armonía. Guíanos en nuestros desafíos diarios y ayúdanos a tomar decisiones que honren tu palabra. En el nombre de Jesús, amén.