El Sacrificio de Yeshúa, Jesús
S. Juan 3:16 encapsula el amor de Dios al enviar a su Hijo, Yeshúa (Jesús), para salvar a la humanidad. Un ejemplo bíblico que ilustra este amor es el sacrificio de Jesús en la cruz, narrado en los Evangelios. El mensaje central de Juan 3:16 y la magnitud del amor de Dios hacia la humanidad.
La Crucifixión de Jesús
Jesús, sabiendo que su hora había llegado, fue arrestado, juzgado y condenado a muerte por crucifixión. A pesar de ser inocente, aceptó su destino para cumplir la voluntad de Dios y ofrecerse como sacrificio por los pecados de la humanidad. En el momento de su crucifixión, Jesús sufrió grandes dolores y humillaciones, pero su amor y obediencia a Dios fueron más fuertes.
En la cruz, Jesús pronunció palabras de perdón: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Este acto de amor y sacrificio muestra la profundidad del amor de Dios, dispuesto a dar a su único Hijo para que todos aquellos que crean en Él puedan tener vida eterna.
Lecciones del Sacrificio de Jesús
- Amor Incondicional: Dios nos ama tanto que estuvo dispuesto a sacrificar a su Hijo para nuestra salvación.
- Redención y Perdón: A través de la muerte de Jesús, nuestros pecados son perdonados y somos reconciliados con Dios.
- Esperanza de Vida Eterna: La resurrección de Jesús nos da la esperanza de una vida eterna con Dios.