Devocional

El hogar es más que un lugar físico; es el núcleo de la estructura familiar. Nuestro Señor y Salvador, Yeshúa Hamashiach, nos enseña que aquel que escucha y sigue sus palabras es como un hombre sabio que construye su casa sobre una roca sólida. A pesar de las tormentas, los ríos y los vientos, la casa no caerá porque está cimentada sobre la roca. Este pasaje bíblico es una metáfora de cómo nuestras vidas y familias deben ser construidas sobre Él.

«Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad». (Juan 1:14). La palabra que se manifestó en la persona de Yeshúa (Jesús) es verdaderamente sobrenatural. El Verbo se hizo carne, y pudimos presenciar su gloria, la gloria del

«…En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo». (Juan 16:33b) Iniciamos este nuevo día con una palabra de confianza, una palabra que nos recuerda que, aunque en el mundo tendremos aflicción, no debemos perder la esperanza. Esta poderosa palabra nos la dijo nuestro Señor y Salvador, Yeshúa Hamashiach (Jesús, el Mesías),

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús». Filipenses 4:7.     Mientras escribo estas palabras en esta mañana, en este día, quiero expresar que la paz de nuestro Dios, Jehová de los Ejércitos, sobrepasa todo entendimiento. Te invito a levantar tus manos y decirle a

Aunque el mundo no nos reconozca como hijos de Dios, Dios Padre nos ha otorgado esta distinción invaluable. Esta designación nos proporciona una identidad auténtica. Como hijos de Dios, compartimos una relación profunda con Él y somos coherederos con Jesús, participando en las bendiciones y promesas reservadas para su Hijo.